domingo, 4 de septiembre de 2011

Sueños blancos


De cero y a baja velocidad,
así es como empieza todo.
Lentamente, pero con presteza,
el mundo se ordena solo,
o se desordena,
pero esa es su belleza.

La brisa del mar en una caracola,
atrapando momentos bajo las olas.
Las mareas cambian con las lunas,
la vida sube y baja, creando miedos y dudas.
El fin del principio o el principio del fin,
volando entre la locura.

Que el viento meza los sueños,
que los acune en su guarida,
donde las nubes transportan
a las almas doloridas.

Porque alli arriba hay que vivir,
al menos durante un suspiro,
para tener la certeza,
de que solo se han escondido.

Que jueguen inocentemente,
como niños alocados,
que nunca los sueños se pierdan,
que no queden olvidados.

Que las hadas les cuiden,
como en los cuentos infantiles.
Allí están esperando a una niña ya crecida,
para irse a recorrer juntos
el camino de la vida.



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