domingo, 24 de agosto de 2008

Ha muerto un amigo, un hermano...mi perro.

Ahora mismo casi no me quedan palabras, es uno de esos momentos en los que la tristeza te oprime el corazón y yo la estoy dejando pasar para que no se me escape. Porque ahora se que no puedo huir del dolor, que es mejor sentirlo como lo estoy sintiendo, que acabará pasando.

Hoy finalmente y con casi 13 años mi perro Chico ha muerto. Sabíamos que a esa edad cualquiera podía ser el momento pero...nadie estábamos preparados. Ha sido como cuando un humano esta enfermo y de repente mejora para morir días después. El estaba feliz en el pueblo, al menos sus últimos días los ha pasado en semi-libertad, correteando aquí y allá como siempre, pero al final el cansancio venció a sus pulmones y a su corazón. Al final paso...lo que tenía que pasar.

Lo primero nunca se olvida, y se que jamas olvidare a mi primer perro.

"Eran tiempos difíciles, en los que aun más que ahora, pasaba más tiempo en las nubes que en la realidad. Era una necesidad para una niña que deseaba escapar de una realidad agobiante e injusta, una vida que no entendía, un mundo confuso y terrorífico en el que no quería vivir.
Me habían arrebatado aquello que más quería, a quien más necesitaba, y me sentía sola, mientras la carga de unos años grises, de los que solo recuerdo el dolor y la esperanza como las únicas cosas que aun me pertenecían, se iba quedando sobre mis hombros. Y es que la soledad y el desprecio hacían que para sobrevivir necesitase soñar...y esperar...
Lo que no sabía por entonces era que lo que se avecinaba seguiría siendo difícil, que se acercaba la hora de los cambios, que todos esos años en los que había permanecido estática y anclada al pasado ya debían pasar...
Y habían pasado 4 años desde que murió, con lo que mi familia debía transformarse inexorablemente, ya no seríamos tres, ya que íbamos a ser cuatro. Intenté entenderlo, yo sabía que mi madre debía rehacer su vida, sin embargo mi corazón se resistía a dejar todo atrás. Aun no estaba lista, y tardaría años en estarlo, pero la vida siempre intentaba meterme prisa, y había estado demasiado tiempo huyendo de ese monstruo que era el mundo real, e inevitablemente, había llegado el momento de enfrentarme a él.
En el colegio era, si cabe, aun peor. Aunque tenía algunas amigas, sentía día tras día que no encajaba, que no sabía como ser parte del mundo. De lo que no era consciente era de que yo misma me aislaba, porque tenía miedo, una fobia irracional a sufrir, a ser dañada, a llorar y a tener ganas de terminar con todo, sobre todo a perder la esperanza. Siempre había sido tímida, diferente, y en esos años mi timidez extrema era una manifestación más de ese terror extremo que me llenaba el cuerpo y no me dejaba respirar. Ser diferente es algo que con los años aprendí a ver como algo bueno,pero en la pre adolescencia es algo que no se lleva bien, y yo me veía obligada a escuchar, día tras día, mientras el miedo me paralizaba, los insultos, los apodos, las burlas y las risas histriónicas y aterradoras de mis compañeros.
Pero no todos los cambios son malos, y hubo uno que hizo despertar mi alma para siempre. En esos momentos fue como abrir ventanas que habían estado cerradas muchos años.
Mi nuevo padrastro resulto ser un buen hombre, aunque yo por entonces no le viera así. Fue difícil congeniar con él, y tarde muchos años en llegar a aceptarle como es, a quererle, a aprender que debía, por encima de todo, respetar los deseos de mi madre, porque esa era su vida. Pero entonces, sin saber lo que realmente me estaba regalando, él consiguió convencer a mi madre para adoptar un cachorro. Un amigo suyo de un pueblo de Madrid al que solíamos ir todos los domingos, ¡tenía una perra que dentro de poco tendría perritos! Desde ese momento, no paré de imaginar comos sería "Chico". El nombre se lo puso mi madre en recuerdo a un perro que tuvo cuando de pequeña vivió en Brasil.
Por mucho que imaginase no podía parecerse nada a lo que vi un domingo, día 19 de septiembre de 1995. En el pueblo, mientras desayunábamos en el bar, nos dijeron que la perra había parido aquella misma madrugada, ¡y que podíamos verlos! A mi hermana y a mí se nos iluminó la mirada, y más cuando llegamos a la casa y nos encontramos a un chaval sacando los cachorros para que los viéramos, y cogiéndoles mientras les daba la vuelta para dividirlos en hembras y machos. El único requisito que mi madre había puesto era que debía ser un macho. En total eran 23, nada más y nada menos, y fueron varios machos los que quedaron para elegir. Mi hermana y yo debíamos tomar la decisión. Los había negros, marrones, canela, a manchas...y eran pequeños y adorables, aun ciegos. Emitían una especie de quejidos junto con unos leves temblores, y eso hacía que dieran ganas de cogerlos, acunarlos y llevarlos todos a casa. El tacto era suave, su madre los había lavado a conciencia y estaban brillantes. Tanto mi hermana como yo estuvimos de acuerdo en que nos gustaban los de manchas blancas y negras, de modo que solo dos eran los finalistas. Entre los dos, uno era especialmente activo y parecía mas gordo, se echaba encima de sus hermanos como si quisiera llamar la atención, y algunas partes de su cara y las cejas eran marrones, sus manchas eran más irregulares, más llamativas, era diferente a sus hermanos, era especial y eso le hizo ser el elegido. Cuando lo cogí por primera vez pude sentir una inmensa alegría, como si estuviera soltando un gran lastre, sentí ilusión e impaciencia por tenerle en casa, un increíble instinto de protección y la satisfacción que causa el ver (por fin) un sueño cumplido.
El mes que pasó hasta que le llevamos a casa se me hizo interminable. Durante la semana deseaba que llegase el fin de semana para verle, para jugar con él, acariciarle, para reir y disfrutar. La primera vez que le vi con los ojos abiertos sentí que algo muy grande nos unía, que su mirada era increíblemente humana. Empece a ver la vida con otros ojos, a ir recuperando poco a poco la alegría, y entonces me di cuenta de que la vida te da una de cal y otra de arena, que no todo es malo, que no hay luz sin oscuridad. Tenía trece años, pero me sentía como si viera de nuevo el mundo, como si todo cobrase nuevo significado, nuevo rumbo.
Desde el momento que Chico llegó a casa, fue el más mimado. Para mi hermana era un compañero de juegos, incansable y divertido,. Para mí, suponía la diferencia entre la tristeza y la alegría, la muerte y la vida, un amigo que siempre se alegraba de verme, que hacía que cuando entraba en casa aguantándome las lágrimas después del colegio, sonriera y todo lo malo perdiera su importancia.
Para mí siguieron siendo años difíciles, yo aun no lo sabía, pero tenía demasiados problemas para poder arreglarlos yo sola, y pasados cinco años decidí pedir ayuda y un especialista me ayudó a curar. Durante ese tiempo, y el que siguió después con alguna que otra recaída, Chico siempre ha estado conmigo, en los buenos y malos momentos, me ha hecho recordar el valor de la sonrisa que ahora luzco permanentemente en mi cara, me ha hecho sentir querida, valorada, necesitada, importante y por lo tanto valiosa para este mundo.
Ya hace 3 años que estoy completamente recuperada, y si soy feliz ha sido en parte gracias a la ayuda que en los años más difíciles me prestó mi mejor amigo, al que hemos estado a punto de perder en varias ocasiones. Una, cuando un jabalí estuvo a punto de seccionarle la yugular, otra cuando se deshidrató accidentalmente por un descuido, y otra, hace dos años, cuando ya contaba con 10 años y pensábamos que no iba a salir...por una anemia hemolítica por agotamiento.
Pero aquí sigue como siempre, acompañándonos en lo bueno y en lo malo, alegrándose de vernos y con muchas ganas de jugar. Todos dicen que no aparenta los años que tiene, y yo me siento orgullosa de su espíritu joven y libre, de su pachorra, de sus canas, de su barriguilla, de su gran afán de supervivencia, de su fortaleza interior, y de su eterna alegría y dedicación.
Hoy cumple 12 años. Todos en la familia hemos crecido, evolucionado, hemos aprendido a convivir y a respetarnos. Y Chico ha sido, es, y será uno de los lazos más importantes que nos mantiene unidos.
Aquel que fue un soplo de frescura se ha convertido en mi compañero de camino, y espero que aun queden muchos años para disfrutar con él, porque cuando se vaya quiero que sea habiéndole devuelto todo lo que me ha dado, y eso...es tanto que ni en mil vidas le podría reponer.
Muchas gracias."
Y esa es su historia y la mía, la de una niña asustada que aprendió a sonreír gracias a él, la de un amigo, casi un hermano...

Estés donde estés, solo quiero decirte que muchas gracias por todo, que llegaste aquí y todo lo cambiaste con tu alegría, que tu cariño incondicional supuso la diferencia, que jamás y como he dicho antes, no tendría vidas suficientes para devolverte todo lo que has hecho por mi y por todos. Han sido casi 13 años, has aguantado mucho, has sido un superviviente y comprendo que estabas cansado ya y que ha llegado el momento. No le echo la culpa a nadie, no estoy enfadada, solo estoy triste porque tu mirada ya no estará aquí, porque ya no podre volver a darte un beso de buenas noches, porque pos ley tu cuerpo sera incinerado y a mi...a mi me encantaría haberte podido hacer un funeral.

Me encantaría haber dicho frente a tu cuerpo inerte todo lo que siento, me encantaría haberte achuchado una ultima vez, haberme despedido...todos os vais sin despediros...

Hoy, 24 de agosto de 2008 en Tabanera de Valdavia, Palencia, ha muerto Chico.
Ha muerto tumbado en la hierba, después de una ultima vuelta, una ultima caminata...

Definitivamente se ha cerrado una etapa. Que seas muy feliz allá donde estés y allá donde vayas, no te olvidaremos.

Este vídeo lo hice en su cumpleaños el año pasado. Si pudiera haría mas, pero no puedo, el dolor ahora no me deja casi ni pensar. Este es tu ultimo homenaje, gracias por ser siempre...ni mejor amigo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Te entiendo, a mi me acaba de pasar hace 9 horas... no se que hacer, no se que esta pasando.

Anónimo dijo...

Pobrecita mia,entiendo por lo que estas pasando y tu carta me conmovió siento lo de chico,no se si habras tenido la oportunidad de tener otro perrillo que ayude a superar la perdida de tu chico pero si quieres y te gusta la idea cuando mi shelly tenga cachorros uno será para ti,respondeme por aqui(no me gusta dejar números ni @ asi que piénsatelo y un macho será para ti(es un shar pei)sin mas un saludo y conserva esa sonrisa.

Carlos

Anónimo dijo...

hola soy jesus 35 años de bilbao y acabo de perder a mi door que parece ha esperado que yo llegara del trabajo para morir conmigo.ha sido muy rapido. el pobre ha estado un dia y medio sin comer y quieto, solo iba a beber y bomitar, ni a la calle queria ir. no ha meneado ni el rabo cuando he llegado. me he agachado, le he dado unos besos y apenas ha meneado los ojos. he intentado animarle con caricias. al lebantarme para hacer mis cosas ha intentado lebantarse pero las patas le flaqueaban y apenas medio metro abanzaba.le he ayudado a caminar hasta su zona en el pasillo de casa, le he recostado y he presentido su muerte unos segundos antes de su ultimo suspiro, el tiempo suficiente para llamar a mi madre y los dos hemos visto como dejaba de respirar. TE VOY A HECHAR DE MENOS DOOR. . no tengo palabras,no me lo esperaba, acabas de morir,son 13 años juntos. no se como voy a llevar tu ausencia, acabas de morir bonito. te estoy llorando pequeñin. un abrazo a todos.

Anónimo dijo...

Hanna llegó a la casa un verano.

Con nóveles tres meses fue quien primera vio la luz compartida de la parición pautada, quien disputó con sus progenitores el lugar de las líderes naturales.

A lo largo de quince años recorrió el país entero, paladeó el aire marino año tras año, esquió a su manera, sobre nieve tan blanca como las capas suaves que lucía renovadas, cada primavera.

Husmeo en granjas alejadas, practicó escalamiento en las montañas del norte, avezado copiloto en las largadas, bebió el rocío del Iguazú y vivió los esplendores del atardecer entrerriano.

Usual era mirarla y reconocer en sus propios ojos el reflejo de un cielo prístino, luminoso como en la paleta de un pintor cuando consigue el color irreal.

Solo aprendió el lenguaje de sus pares, mucho tiempo después de lo previsto. Lo salvaje y lo profundo de su línea ancestral, se imponía por sobre lo mundano.
Nunca calló, nunca claudicó, ni dejó algo por rebatir.

Su lenguaje materno nos era tan claro que fuimos nosotros quienes nos abocamos al aprendizaje de su propio vocabulario.

Jamás temió enfrentarse a nada y a nadie, sólo la voz expresada desde lo interno, tenían más poder que la suya propia. Dos veces marcho presta a la aventura, dos veces regresó, sola, latente, sin injurias pero con cara de travesura realizada y satisfecha por haberlo hecho.

En su cumpleaños decimocuarto, todavía la gente le preguntaba si seguía siendo niña. Esa era su apariencia permanente. Dueña de una topología interna que nos retrotraía a los tiempos más alejados de la historia en esta tierra.

Cubrió la vida de todos quienes la conocimos de una mezcla extraña de recuerdos, promesas incumplidas, sueños de ovillo, pelambre que atravesaron todo su entorno y que aún perduran.

Fuimos sus amigos, su último recurso, su guía simbólica y el culpable de sus delirantes caprichos; sus confidentes impropios. Ella, insólitamente, fue lo mismo para quienes la rozamos con mayor o menor intensidad.

Hanna nos dejo, el tercer viernes de Abril de 2010, a sus quince años de edad, en un mediodía soleado y frio.

Uno de esos días que definían su carácter tanto inevitablemente salvaje, como permanentemente cariñoso.

Hanna fue nuestra amiga de los fríos sempiternos y sin embargo, se dio el tiempo de darnos la calidez y la lumbre suficiente, para que juntos, nos animáramos a soñar mas allá de las limitaciones humanas.

¿Quién, sino un espíritu libre, pudo haber organizado esa quimera atemporal en el África, donde un argentino y una búlgara separados por dieciséis mil kilómetros, se reconocieran mutuamente por primera vez?

Y (quien sabe si así fue); por aquello que cuentan las viejas historias de los pueblos eslavos, hace 4 años estuvo ansiosa cuando llegó - por primera vez desde las lejanas tierras búlgaras – ésta increíble mujer.

A mí me gusta creer que Hanna vislumbró mucho antes que yo las “chispas de luz sobre la tierra”.

Las palabras originales, que en etiqueta mundana, construyen el nombre y apellido de quien hoy es mi mujer.

Hanna; la recordamos cálida, tozuda, saltimbanqui, mágica y siberiana.

En quince años siempre se negó a correr tras el palito.

Ella, como nosotros, corría detrás de sus propios sueños.

Los alcanzó.

senita dijo...

A Sena la perdí el 28 de mayo la echo tanto de menos.
gordita te quiero y te echo tanto de menos

Unknown dijo...

Lo ciiento mucho se lo que se siente Q.E.P.D PASE por lo mismo ase 2 meses, y todoos esos diias no e dejado de llorar lo extraño mucho peroo el esta mejor aia en el cielo ya no sufree ya se siente mejor... pero porfavor resen para poder encontrar a esa persona qe me lo enveneno )': Gracias

perro dijo...

Hola a todos! Siento mucho leer sus historias y perdidas de sus mejores amigos...
Espero que el dia de hoy se encuentren un poco mejor y sonrian :)
Respecto a la historia que todos hemos leido , llegue aqui por que mi perro tiene 12 años el proximo junio cumplira 13 y eh varias ocasiones, lo eh soñado ultimamente o la situacion en si , de que el muere, y es algo que no soporto , siento que me ahogo mientras duermo lloro, despierto mal y no se que hacer , el dai de hoy lo soñe pero esta vez lo vi yo, mientras lo bañaba ocurria todo y en cuestion de segundos daa un respiro me miraba y todo terminaba :(
Espero que puedan ayudarme al decirme por que me pasa esto, o darme consejos para cuando pase en realidad, se que sufrire y sentire que mi vida termina en un instante...
Por que para mi tambien es la delgada linea entre la muerte y la vida, entre la alegria y el dolor, y entre una y mil cosas mas mi KIWI.

Saludos a todos

smile dijo...

Hola a todos, esta es mi historia

Lucky era un samoyedo de 13 años y medio que llego para darnos alegría en un momento de tristeza. Lo amamos con todo el corazon, y siento que esta es una manera de desahogarme del dolor tan profundo que siento. Pensamos que mejoraria, pero ya estaba muy malito, el jueves 25 de abril, lo llevamos a urgencias con la esperanza de que algo mejoraria, pero no fue asi. El sabado iban mis hermanos alegres de verlo, y le llevaron caldito de pollo, por que el ya no comia, no bebia, no podia caminar. La displasia junto con la artrosis dejaron sus patitas inmoviles. Siento mucho dolor y no hay consuelo que me haga sentir mejor. Ese mismo dias tuvimos que tomar la desicion, pq una infeccion severa lo tenia cada dia mas malito. Su riñoncito no funcionaba mas y por eso, su sangre estaba contaminada, estaba anemico.... Ya no queriamos verlo asi. sencillamente teniamos que hacer algo. y Asi fue... firme ese papel con temblor, con dolor, con desesperación. y estuvimos con el hasta el ultimo instante en que su corazoncito dejo de latir. Te extrañamos mucho mi bb.... mi osito, Gracias Dios mio por permitirnos estar tantos años con el. Lucky Hernandez 8-12-99 a 27-04-2013

Sabrina dijo...

Lamento mucho tu perdida. Es doloroso perder a un perro que está totalmente integrado en tu familia. yo perdía a Negrita el 25 de este mes de Junio,y aún lloro su muerte. Estaba enferma, pero mis recuerdos se remontan a cuando llegó a casa siendo un cachorro y me hincho a llorar. La gente en general no comprende cuando alguien llora por un animal...dicen es solo un perro. Pero no es sólo un perro, comparte nuestras vidas, nuestros juegos, les cuidamos y un día deben de irse, siendo este momento triste y doloroso. Hace diez años ya perdí otra perrita y aún la recuerdo.Chispi y Negrita siempre estarán en mi corazón.Hay seres que dejan una huella imborrable en la vida de algunas personas.