Carta para mi padre

Querido papá:

El día 15 de noviembre hizo 17 años que te marchaste. Y a pesar del tiempo que ha pasado esa fecha se ha grabado en mi memoria a fuego, pero sobre todo en mi corazón.

Han pasado muchas cosas, tu ya lo sabes. Ya no soy esa niña indefensa que dejaste rota de dolor, llena de miedo y de tristeza. Ahora soy una mujer libre, trabajadora, que sabe lo que quiere y va a por ello, pero que no ha renunciado a seguir siendo un poco niña. Que sigue soñando y abrazándose a la esperanza, que ha aprendido a vivir.

Hoy quiero decirte todas aquellas cosas que me enseñaste sin darte cuenta solo por ser tan especial como eras.

Me enseñaste que vivir vale la pena, que hay que aprovechar cada segundo porque el tiempo vuela.

Que a pesar de las circunstancias hay que saber ver lo bueno y nunca dejar de sonreír.

Que jamás hay que rendirse, que luchar no es una opción, es una obligación.

Que no hay que dejar de creer en los sueños.

Que el amor y el cariño son los regalos mas hermosos que puedo dar a quienes me rodean.

Que debo aceptarme a mi misma y sentirme orgullosa de lo que soy y de lo que la vida me ha regalado.

Que no hay que mirar el pasado, que hay que caminar con la cabeza bien alta y seguir adelante.

Que besar y abrazar es el reflejo de un bonito alma.

Que la vida es un camino de rosas con espinas, que para aprender debemos sangrar.

Que la felicidad no es un sueño imposible, que existe de verdad dentro de nuestros corazones.

Que la voluntad es el mayor de nuestros dones.

Que el silencio puede ser la respuesta mas sabia.

Que ser bueno tiene su recompensa también en esta vida.

Que no hay que temer a la muerte.

Que una sonrisa es la mejor carta de presentación.

Que jamás estamos solos aunque nos sintamos asi.

Que en la vida nos esperan cosas maravillosas si sabemos esperar pacientes.

Que la fe mueve montañas.

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Hoy quiero darte las gracias porque no me abandonaste, porque seguiste conmigo, porque tu labor como padre no acabó cuando te marchaste.

Quiero darte las gracias por tus abrazos, por tus grandes sonrisas, por tu tranquilidad y tu entereza, por que fuiste alguien muy especial y aunque no fue mucho tiempo, para mi el tiempo que compartimos vale más que mil años.

Gracias porque se que sigues conmigo a pesar de todo. Gracias porque lo elegiste libremente. Gracias porque tu corazón y el mío nunca han estado separados.

GRACIAS POR SER MI PADRE.

TE QUIERO.