lunes, 31 de mayo de 2010

El ciclo de la vida

El título de esta entrada me recuerda un poco a esa película que creo que todos en mi generación hemos visto: El Rey León. Y viene a mi memoria también parte de la letra de la canción con la que empezaba y acababa la película:
"Es el ciclo sin fin que lo envuelve todo, y aunque estemos solos podemos buscar, y así encontrar, nuestro gran legado, en el ciclo sin fin"

Cuando pienso en el sentido de mi vida, por fortuna, no me faltan respuestas a la gran pregunta. Pero el sentido más grande de mi vida, aquello que quedará cuando acabe, es dejar un legado. Tiene mucha razón la canción cuando habla de que es "un ciclo sin fin", ya que todas las personas, al marcharse de este mundo, además de dejar su recuerdo, nos dejan su legado. Y entonces la vida de aquella persona que se fue, se queda también en nosotros, en los que por suerte seguimos vivos para entenderlo y darle significado dentro de nuestra existencia. Así, cuando nuestra vida acabe, dentro de nuestro legado también estará parte de ese legado de nuestros antepasados, es un ciclo que jamás termina.
Hay muchos tipos diferentes de legados, por ejemplo...un imperio económico, una contribución a la ciencia, a la filosofía... El legado más importante para mí que se puede dejar, aquel que me dejó mi padre, y aquel que yo desearía dejarle a mis hijos, es todo lo que aprendí en mi vida.
Mi padre me dejo el más grande de los legados, la filosofía del ahora. Siempre estuvo enfermo, y sin embargo, seguía haciendo cosas, seguía jugando con sus hijas, dándonos cariño, tiempo, paciencia, siempre con una gran sonrisa en el rostro. Cuando le recuerdo me doy cuenta de que no sabía cuando llegaría su momento, de que estaba aprovechando cada minuto de su existencia.


Ese legado vive ahora en mí, y cuando yo me marche quisiera que, junto con lo que yo les pueda enseñar, mis hijos obtuvieran también esa filosofía.
Mi padre no nos dejo grandes herencias, nos dejo algo mucho más importante, un ejemplo de voluntad, de resistencia, de entusiasmo, de alegría, un gran ejemplo a seguir.
Pero la vida no es solo un único ciclo que se repite una y otra vez, sino que está hecha de ciclos.
Y cuando llega el final de un ciclo, ¿porque el estúpido ser humano tiene la manía de intentar detener esa fuerza de cambio? Respuestas a esta pregunta hay muchas, cada cual puede tener la suya, pero la que lo abarca todo es el miedo. Podemos tener miedo a que aquello que venga sea peor que lo que se va, nos aferramos a lo que somos, a lo que tenemos, porque es lo único que conocemos, y seamos sinceros, lo desconocido es lo que más miedo da.
Y es que el miedo actúa como un lastre, no nos deja continuar, ni evolucionar, nos encasilla en lo que conocemos, y si dejamos que nos domine jamás aprenderemos nada nuevo, y es que hasta los peores acontecimientos que podamos vivir en la vida sirven para aprender y evolucionar.


Bueno, ¿como se supera un miedo? ¡Enfrentándolo! Si tienes miedo a las alturas, deja de esconderte y mira desde arriba, aguanta la sudoración, las palpitaciones, fuérzate a seguir mirando, ignora las señales de tu mente, en ese momento está preocupada intentando defenderte de un peligro que no existe. Puedo garantizar que después de exponernos varias veces a un miedo, este desaparece. Y lo se porque yo he tenido que superar muchos miedos irracionales, y nos guste o no, es la única manera.
Por eso, si nos da miedo lo que pueda pasar, por mucho que nos cueste, es dejar que pase, así sabremos que no tenía nada de aterrador.
Volviendo a los ciclos, para mí esta apunto de terminar uno y empezar otro nuevo. Dentro de poco pasaré de vivir con mis padres a vivir con mi compañero de camino, en otra ciudad, otra casa, posiblemente trabaje en otra escuela, con otras compañeras y otros niños. ¡Por supuesto que me da miedo! Pero en vez de pensar en todo lo malo que puede pasar me centro en todo lo bueno que va a pasar, y la lista es infinita. Ahora tengo ganas de ver que pasa, de ver que nuevos aprendizajes me traerá este ciclo, de descubrir como es vivir con quien amas y verle mucho más a menudo, tengo ganas de ver lo que el mundo puede ofrecerme.
Y además, estoy preparada para cogerlo al vuelo, no dejaré que se me escape.

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